«Haced lo que El os diga»
(Jn 2, 1-11)
Jesús convierte el agua en vino como signo
de que su presencia transforma lo cotidiano
en algo extraordinario.
Su primer milagro nos invita a confiar en Él,
incluso cuando nuestras fuerzas parezcan insuficientes.
Él renueva nuestra vida, llena los vacíos
y da sentido a las situaciones más simples.
Cristo se hace presente en nuestras vidas
para llenarlas de gozo y plenitud.
Nos invita a confiar en su poder transformador,
especialmente en los momentos de necesidad.
¿Estás dispuesto a abrirle las puertas de tu corazón
y permitirle renovar tu fe y tus relaciones?
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